En Guillena, final de la primera etapa de la Vía de la Plata comenzando en Sevilla, en el mismo bar donde te dan las llaves del albergue y que llevan ellos mismos, a parte de ser muy afables y cariñosos, se come que da gusto un menú del día (o peregrino).
Para que lo sepáis

(de éste no tengo fotos...

)